viernes, 27 de junio de 2008

SUELE SUCEDER

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Han pasado casi tres años desde que salí de la universidad. Y si bien es cierto la vida después de eso se ha vuelto más complicada, con más responsabilidades, buscando un buen trabajo, enfocados en sacar tal vez la licenciatura, seguir una
maestría, tener mejoras eonómicas, estabilidad emocional, madurez o todo lo que convenga para obtener "respeto" y adquirir poses de grandes. Pero para fortuna de mi alma cambiante nunca dejé de vivir apasionadamente desde quel entonces.

Los cinco años que pasé formandome como periodista me dejó muy buenos recuerdos, juergas inolvidables, compañeros y amigos especiales, profesores admirables (por su gran capacidad para enseñar soportando a una clase poco quieta como era mi salón) y claro, una genuina y muy buena experiencia en el amor. Y pongo este tema al final porque hombres y mujeres no nos escapamos de ser atrapados por ese bichito de la cursilería que genera mariposas en el estómago cuando estamos enamorados y más aún en nuestra etapa universitaria. Bueno pues, yo no fui la excepción, ya se imaginarán. Aunque claro, fue precisamente el fin de mi enamoramiento estudiantil el que hizo que perdiera muchos amigos, ya saben, la gente a veces se maneja con puro conservadurismo. Para mi pesar tengo que decir que lamentablemente mi enamoramiento terminó mal pues en medio de esto empezaba sin pensarlo un nuevo amor. Y bueno, la persona de este "nuevo amor" era la menos indicada, era el error antes de cometerse, la equivocación anunciada, era un juego del destino. Éste no era otro que el "mejor amigo" de para ese entonces mi enamorado. Lo peor no terminó allí, yo, la chica inteligente, algo coqueta, seria y responsable, me convertí en la actriz principal con imagen de villana pintoresca que arrebataba con crueldad al "eterno enamorado" de su amiga...pues si, se trataba de dos parejas de amigos que creían haber encontrado el amor y que de pronto dos de éstos "individuos sin moral" se enamoraban. En conclusión, yo y mi pata nos enamoramos.

Ya se imaginarán lo complicado de la situación que hasta aún a mi se me hace difícil de explicar. Yo y mi "mejor amigo" nos convertimos en la comidilla de la Escuela, el tema después de graduados, los desterrados del grupo, los marcados. Y así fue. Yo pasé a convertirme en la mujer más despreciada por el chico que dejaba, el chico del que por cierto aprendí muchas cosas (sería muy poco noble no reconocerlo) y él adoptó el membrete de MAL AMIGO. Fueron muy pocos los que entendieron que en medio de una situación complicada dos personas podían ser atrapadas por ese consquilleo que le llaman amor. Diversos fueron los papeles, desde hipócritas, apoyos incondicionales, chismosos y puliculeros.

Paradójicamente algunos dicen que el tiempo cura las heridas pero han pasado 3 años y mi comunicación con algunos amigos de la universidad aún es muy limitada y es por ese motivo que quise abrir mi blog con este tema pues considero que los amigos son "eternos" y hay que saberlos cuidar.

Ahora que tengo una visión más general de las cosas, reconozco que no fue la mejor forma, pero estoy convencida de que no me arrepiento de nada. Lo único de lo que me puedo lamentar es de haber perdido a una AMIGA como fue ella.


El videito publicado es de Don Omar - Ella y yo. Por aquella época estaba mucho a la moda. Recuerdo que alguna vez con unos amigos que recién conocía en una productora de TV, en medio de la discusión alguno dijo (haciendo referencia a la canción) "es basura, eso no existe" pues bueno, eso solo ustedes lo saben.